Se trata de un virus que se transmite a través de secreciones de personas infectadas (al toser o estornudar, al tocar o estrechar la mano) o de superficies contaminadas (al tocar un objeto contaminado y luego tocarse los ojos, nariz o boca sin lavarse las manos) .
Los síntomas principales son:
– goteo nasal
– fatiga
– fiebre
– tos seca
– disnea (dificultad para respirar).
Los trabajadores que pueden estar expuestos son, además del personal sanitario, los que realizan tareas de revisión de equipaje y de mercancías y cacheos.
Medidas preventivas:
– Higiene de manos frecuente con agua y jabón durante, al menos, 20 segundos.
– No tocarse la cara, la nariz o la boca con las manos sin lavar.
– Evitar el contacto directo con personas que tengan síntomas (como tos o estornudos) y mantener con éstas una distancia media protegiendo especialmente ojos, nariz y boca.
– Limpiar y desinfectar las superficies que toca con frecuencia.
– En trabajos con posibilidad de riesgo, solicitar a la dirección del centro guantes de nitrilo y mascarillas.
– Usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar.
– Es imprescindible una formación adecuada de los equipos de protección y realizar correctamente las fases de colocación, uso, retirada y destrucción de los EPI’s.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 14, recoge que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Este derecho supone la existencia de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente a los riesgos laborales, incluyendo todas las medidas que se recogen en la normativa, entre las que se encuentran la evaluación de riesgos, información, consulta y participación y formación de los trabajadores y actuaciones en casos de emergencia y de riesgo grave e inminente, entre otras.