Estamos ovacionando a diario con todo merecimiento a los profesionales de la sanidad riojana. También obtienen justo reconocimiento ciudadano otros colectivos tanto del ámbito público como del privado que, a riesgo de su salud, mantienen su actividad para que nuestra maquinaria social no pare. Que realizan discretamente su labor y merecen salir a la luz.
Es obligado reconocer la tarea de los funcionarios -sí, funcionarios- que están gestionando otra emergente consecuencia de la pandemia del COVID-19: los expedientes de regulación de empleo (ERTEs): el personal del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Como en otros ámbitos públicos, han padecido desde hace años reducciones de plantilla y de recursos que, consecuentemente, ha conllevado una elevada carga de trabajo y que han sobrellevado sin respiro. Han soportado mucho trabajo y han aportado mucho compromiso y vocación de servicio.
Sin tiempo de recuperación, han tenido que hacer frente a la situación actual. Han tenido que adaptarse a la dura reestructuración que ha supuesto prestar el necesario servicio y velar por la prevención en salud laboral. El teletrabajo ha necesitado de cambios urgentes en los sistemas de gestión, celeridad impuesta y autoimpuesta, colaboración entre trabajadores y administración, y un loable esfuerzo del personal de informática.
Los ERTEs han supuesto un considerable incremento en el desempleo. No son solo meros acontecimientos del entorno laboral que requieren una actuación administrativa contingente. Estos empleados públicos han entendido que detrás de ellos hay personas que los padecen, con las más variadas circunstancias, que requieren una atención más empática, personal y comprensiva.
Por ello, desde la FeSP – UGT, conocedores del esfuerzo e implicación que habéis mostrado, queremos expresaros nuestro reconocimiento. ¡Gracias!
Recibid nuestros aplausos.