En este Día Internacional dedicado a la Enfermería me gustaría dar las gracias al Colegio Profesional de Enfermería porque el pasado día 10 de marzo nos brindó un homenaje con motivo de la celebración de su primer centenario con la imposición de insignias de plata y oro a las profesionales con más de 25 y 40 años de antigüedad colegial respectivamente.
Además, también querría felicitar al maestro Alejandro Narvaiza por esa escultura dedicada a la profesión enfermera que ha realizado de manera altruista para la ciudad de Logroño y que transmite la esencia de la profesión: los cuidados a las personas a lo largo de la vida.
Incluso los grupos políticos municipales se han querido sumar a este reconocimiento a la profesión enfermera firmando y aprobando una Declaración Institucional en la que se cita a “esas personas, menos mediáticas, más anónimas, pero que sostienen, participan y garantizan la primera línea de atención de salud, promocionando la salud, previniendo y atendiendo la enfermedad en primera instancia”.
Pero por desgracia, no todo pueden ser felicitaciones y quiero poner de relieve la escasa por no decir nula sensibilidad del gobierno hacia esta profesión quien, a través de algo parecido a una conspiración, aprobó con nocturnidad y alevosía el RD 954/2015, de 23 de octubre, por el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros.
Este RD supone una distorsión más que un avance en la integración del trabajo de las profesiones sanitarias (médico y enfermera) y un retroceso injustificado en las competencias de la profesión enfermera, lo que ha generado un clima de conflictividad que ha puesto a la enfermería en jaque.
Una inmensa mayoría de colegios profesionales, asociaciones científicas, sindicatos muestran su total rechazo con comunicados a favor de la derogación de esta norma.
Vista la confrontación suscitada, la falta de evidencias de efectividad y los altos costes previsibles para el desarrollo de este proceso de cambio organizativo y competencial, lo más sensato es retirar el RD 954/2015 y crear un grupo de trabajo en el que tengan participación real y democrática todas las partes (colegiales, sindicales y sociedades científicas de profesiones sanitarias) para analizar los modelos multiprofesionales de trabajo en los procesos asistenciales, y sobre esta base valorar la necesidad de un cambio normativo consensuado por todas las partes y que logre que los profesionales enfermeras/os podamos seguir proporcionando cuidados a la población de forma eficaz y eficiente.
En definitiva, lo que se requiere es COMPROMISO de cuantos tenemos algo que aportar sin protagonismos ni corporativismos; y en esto las enfermeras hemos estado, estamos y estaremos comprometidas aportando los cuidados en la atención a la salud a toda la población. Como cita el recién estrenado monumento: “A las enfermeras que nos ayudan a nacer, vivir y morir».
Maite Chocarro Chocarro,
Enfermera y responsable del Sindicato de Enfermería de UGT en La Rioja