Un servicio público no está pensado para obtener beneficios económicos, está pensado para que los ciudadanos y ciudadanas puedan utilizarlo a un precio asequible, y en el caso de que se obtengan beneficios, revertirlos en la mejora y calidad del servicio.
Si hay que definir qué es un ‘Servicio público’, la mejor definición es Correos. Un servicio hecho para atender a todos los ciudadanos, independientemente de donde tengan su residencia, ya sea en una gran ciudad o en la aldea más recóndita de España. Los servicios públicos no se pueden valorar por los beneficios económicos que puedan tener como si fuese cualquier otro negocio empresarial, sino que se deben valorar por la prestación y calidad del servicio.
El Servicio Público Postal es posiblemente el servicio público que más años se lleva prestando en España, desde 1716. ¡Lo que ha llovido desde entonces! Felipe V creó la compañía Pública Postal que ha sido la encargada en estos años de existencia, de llevar el correo a todos los rincones de España. En estos más 300 años, Correos ha crecido y se ha adaptado a cada cambio tecnológico para dar un mejor servicio a toda la ciudadanía.
Hace cuatro años, Correos inicio una nueva andadura en manos de Juan Manuel Serrano. Muchos de los trabajadores y trabajadoras de Correos veíamos con este nuevo nombramiento una oportunidad de cambio, de progreso y actualización del Sector Postal, más teniendo en cuenta que es un representante de un gobierno de izquierdas que se supone que tiene como bandera la defensa de los Servicios Públicos.
Nos equivocamos. Este señor de izquierdas al que se le presuponía una defensa a ultranza de los servicios públicos y de calidad, donde no debe primar la parte económica sino la calidad del servicio nos está demostrando su total incompetencia con las decisiones que a diario está tomando y que hace que el Servicio Postal Público peligre.
Cuando el señor Serrano tomo posesión de Correos en 2018, dijo que iba a potenciar el Servicio Público Postal para conseguir una mayor cohesión social, territorial y económica como marca la propia Ley Postal. Nada más lejos de la realidad.
Mucha es la propaganda de la dirección de Correos en defensa de la España vaciada y del mundo rural para evitar su despoblamiento, pero la realidad es que los pequeños pueblos, aquellos que no son rentables, están viendo como el cartero ya no pasa todos los días y la culpa no es otra que los recortes del señor Serrano, ya que más de 9000 puestos de trabajo se han perdido en el periodo en el que él lleva presidiendo Correos.
Con sus primeras decisiones nos mostró que el camino por el que quería transitar para la modernización de Correos no eran las correctas. A finales de 2018, recién nombrado en el cargo, UGT junto a otras organizaciones sindicales planteamos movilizaciones.
A través de estas movilizaciones, conseguimos la firma del acuerdo 2018-2020, acuerdo en el que se consiguieron mejoras tanto laborales como económicas, mejoras que finalmente se han conseguido aplicar al conjunto de las trabajadoras y trabajadores de Correos por la denuncia sistemática de UGT y otras organizaciones sindicales en los juzgados, ya que el presidente de Correos se ha negado una y otra vez a cumplir con lo firmado.
No puede ser que un presidente de Correos, cuyo único mérito es ser amigo del presidente de Gobierno, elimine a casi la totalidad de los directivos de Correos, muchos de ellos con una valía contrastada y reconocida durante muchos años. En su lugar, ha traído a personas ajenas al Servicio Postal sin ningún tipo de conocimiento del sector, y que lo único que pretenden es terminar con el Servicio Público Postal en favor de un negocio de paquetería puro y duro como eje principal.
La paquetería, que es el eje principal de la actual estrategia empresarial de Correos, tampoco está aportando precisamente grandes alegrías a la empresa. Las carterías estaban a rebosar en 2018 cuando entró como presidente Serrano, pero la la actual situación es muy diferente y entre la paquetería traspasada a la empresa filial y la perdida de grandes clientes como Amazon o Ali Express hacen que en la actualidad las carterías tengan un 60% menos de paquetería que la que entraba cuando el tomo posesión.
Todos estos cambios realizados por el presidente y sus directivos de Correos ha hecho que Correos sea la única empresa postal europea que tenga pedidas, de más de 400 millones. Esto ha hecho que se han tenido que pedir cerca de 1000 millones en créditos para pagar las nóminas de los trabajadores o en emprender multitud de proyectos que no llegan a despegar.
Los trabajadores y trabajadoras de Correos sabemos que estamos en una situación difícil de revertir, pero no imposible. Tanto los trabajadores, ciudadanos y organizaciones sindicales debemos defender el mantenimiento de los servicios públicos (Correos, sanidad, enseñanza, etc.), porque son la esencia del bienestar de todos los ciudadanos.
Es necesario que, de una vez por todas, el Gobierno, los ministerios implicados (Hacienda y Fomento) y el SEPI tomen cartas en el asunto. No pueden mirar para otro lado, es necesario cambiar con esta política empresarial de privatización empezada por la actual dirección de Correos, de apostar por lo público y financiarlo adecuadamente. Estas medidas deben pasar ineludiblemente por la destitución del actual director y poner a gestores que defiendan lo público y con conocimiento del sector.