El sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos La Rioja ha registrado hoy un escrito en la Consejería de Educación dirigido al consejero Alberto Galiana para pedir la negociación de la reducción horaria en mesa sectorial
UGT reclama buscar mecanismos que combinen disminuciones en ratios y horario lectivo que impliquen la reducción efectiva y real del número de alumnos de los que tiene que hacerse cargo el profesorado
UGT Servicios Públicos La Rioja ha registrado este martes un escrito en la Consejería de Educación para solicitar la reducción de la carga lectiva del profesorado a 18 horas en Infantil y Primaria y a 15 en Secundaria. El sector de Enseñanza de UGT ha instado al consejero Alberto Galiana a abordar esta reducción de forma progresiva, con el fin de mejorar la atención directa al alumnado y la preparación de otras actividades.
Además, UGT ha pedido a Galiana que garantice la bajada de ratios como un buen paso para la mejora de la calidad de la enseñanza en La Rioja. “El excesivo número de horas lectivas que el profesorado sufre afecta a la calidad educativa y supone, unido al exceso de burocracia, una sobrecarga para los trabajadores docentes”, ha constatado la secretaria del sector de Enseñanza de UGT, Carmen Fernández.
Junto a ella, el secretario general de UGT Servicios Públicos La Rioja, Fernando Domínguez, ha afirmado que esta reducción supondría que el profesorado contase con más horas de preparación, evaluación, coordinación y formación, “y ayudaría a evitar el desgaste que lleva implícita la cada vez mayor carga burocrática”.
UGT Servicios Públicos La Rioja considera que, para que la profesión docente sea verdaderamente atractiva, es imprescindible abordar la mejora de las condiciones laborales del profesorado. Por ello, el UGT considera prioritaria la bajada de ratios dejando en 20, como máximo, el alumnado del que tiene que hacerse cargo el profesorado en cualquier nivel y curso educativo. El número de alumnos atendidos por el personal docente influye significativamente en las condiciones de trabajo y en la calidad educativa que recibe el alumnado.
El sistema educativo debe basarse en la confianza hacia el profesorado, que tiene que sentirse identificado con su labor y orgulloso de su tarea. Ello exige un mayor reconocimiento social e institucional de su trabajo mejorando sus condiciones laborales para adecuarlas al grado de responsabilidad de la función docente y disponer de los medios suficientes para llevarla a cabo.