UGT propone incluir en la negociación cláusulas de igualdad salarial, protocolos de prevención ante el acoso y medidas en situaciones de violencia de género
La brecha salarial por género también existe en las Administraciones Públicas y se sitúa en torno al 16% en términos relativos. Esta es una de las conclusiones que puede extraerse del informe que ha presentado la Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT a nivel nacional.
Los datos ponen de manifiesto que, a pesar de que las condiciones salariales y la aplicación de la normativa laboral son más objetivas y generalizadas que en el sector privado, las empleadas públicas cobran una ganancia media de 27.305,84 anuales, frente a los 29.827,97 que cobran los varones. Esto supone una diferencia salarial de género de más de 2.500 euros a favor de los hombres.
Una brecha que aumenta significativamente en los sectores más feminizados como Enseñanza, Sanidad o Servicios Sociales, así como en la segregación vertical donde vemos que la presencia de mujeres disminuye.
Es especialmente preocupante la brecha salarial en Actividades Sanitarias, donde se observa que la ganancia media anual a nivel nacional de las mujeres es de 23.889, frente a los 32.830,89 euros que ganan los hombres, lo que significa un 27.23% de brecha salarial de género. En sanidad, donde las mujeres ocupan la mayoría de los puestos, éstas representan el 74,28% del sector, y siguen cobrando mucho menos. Así, vemos un sector feminizado ya que tradicional y culturalmente se sigue asignando a la mujer el papel de los cuidados.
En el caso de La Rioja, hablando de jefaturas de servicio, departamento y coordinadores en Atención Especializada, sin incluir los cargos a extinguir, hay aproximadamente 20 puestos de los que únicamente 6 están ocupados por mujeres, lo que supone solo un 30%. En Atención Primaria, los responsables médicos de los centros de salud son 20, de los que solo 7 son mujeres, es decir, un 35%. Así, vemos que las mujeres se siguen enfrentando al ‘techo de cristal’ en los casos de promoción profesional vertical.
En el ámbito de la educación, donde las mujeres representan el 71,62% del profesorado en la enseñanza de régimen general en España, la dirección de los centros educativos es masculina: el 55% son hombres. La presencia de las mujeres disminuye según avanzan las etapas educativas: constituyen el 97,56% del profesorado en la etapa de Infantil (95,86% en La Rioja), el 71,81%) en Primaria (87,76% en La Rioja), y en los centros de ESO y Bachillerato solo representan el 57,76% del profesorado (56,33% en La Rioja). Estas cifras se han mantenido durante los cinco últimos años, lo que indica que no hay una tendencia a modificar la presencia de los hombres en espacios que tradicionalmente se han vinculado al cuidado y la infancia. Además, en cuanto a la dirección de los centros educativos, el 55% son hombres.
Si analizamos el sector de enseñanza en La Rioja, podemos ver que, mientras que en primaria el 55,73% de los equipos directivos son mujeres, en los institutos solo el 21,05% de mujeres ocupan cargos directivos. Así, el porcentaje de mujeres que está en la dirección de los centros no corresponde en absoluto con el porcentaje de maestras y profesoras.
También es importante destacar que las reducciones de jornada por cuidado de hijos o de otros familiares, solo son solicitadas por 7 hombres frente a 106 mujeres.
En el caso de la enseñanza universitaria, en cambio, aunque las mujeres han ido ocupando posiciones y responsabilidades, la igualdad está muy lejos de ser una realidad. En todo el país, cuatro de cada cinco catedráticos de universidad de los centros públicos son hombres. En nuestra comunidad, el 44,31% de las profesoras son mujeres, pero los órganos de gobierno más importantes de la Universidad de La Rioja están totalmente masculinizados. Las cifras hablan por sí solas: en el equipo rectoral las mujeres suponen un 16,66%, en el Consejo de Gobierno solo un 32%, en el claustro un 35,92% (7 mujeres frente a 66 hombres) y en el caso del Consejo Social, tan solo una mujer forma parte del mismo.
Para erradicar la brecha salarial de género en los servicios públicos, UGT propone incorporar en la negociación colectiva cláusulas de igualdad salarial, protocolos de prevención y actuación ante el acoso sexual o razón de género y medidas para actuar ante situaciones de violencia de género.
El sindicato pone en valor los convenios colectivos y los planes de igualdad como herramientas fundamentales para minimizar la brecha salarial y mejorar las condiciones laborales en los sectores más feminizados.
Revertir los recortes en educación, sanidad, servicios sociales, servicios a la comunidad y ayuntamientos es otra de las medidas planteadas, ya que también repercuten directamente en el rol de las mujeres que están asumiendo la responsabilidad de cuidados, dificultando su desarrollo personal.
Por último, desde FeSP-UGT reivindicamos el papel de la educación y exigimos el desarrollo de programas de formación en igualdad y orientación no sexista que promueva las elecciones profesionales libres de estereotipos sexistas y garantice la formación en la corresponsabilidad de los cuidados.